viernes, septiembre 15, 2006

AL RIO LEA ARTIBAI, SOY EL PANADERO

AL RIO LEA ARTIBAI,
SOY EL PANADERO

Caudaloso y silencioso bajas por el valle. Los niños de la Ikastola Bekobenta irrumpen con su barullo de un “largo recreo” inquietando tus aguas de su arcaico sueño.
Con el cieno de tu fondo me voy a pintar la cara de Olentzero.
¡Soy el panadero! traigo pan y “roscones de reyes”, y esperanza marchitas como las hojas de la vereda, que caen al río.
Y Los niños mientras tanto, juegan en el recreo. Se expresan en su lengua milenaria, que debiera ser la mía, pero...yo, soy como un carballo, injertado en ésta tierra por los que me precedieron.
Los ruidos explosionado; las voces de los niños; el cantar de sus de ríos que compite con el jorgeo de los gorriones; de euskera y de caseríos. Sus notas caudalosas se mezclan y me hablan de vida y muerte. Lo sé, porque soy como un carballo gallego, y sus raíces se secan, con ansias de reverdecer ¡Quisiera expresarme en euskera¡ Pero, el Caudillo lo mancilló. Cuando a una edad temprana, pude haber aprendido su fonética, leyendo y escribiendo de sus fuentes. Y ahora el miedo a la muerte que con los años se acrecienta, temo que no esté Tubal a mi espera. Sin embargo, veré al Druida y al Urogallo entre los carballos y las castiñeiras. Y con mis oraciones en carretera desde Muzkiz a Ondarroa, cargado de panes, observo los ramilletes de flores plastificadas dejadas por los familiares de los difuntos, aquellos que perecieron en la carretera. La aguja del tacómetro se desplaza en su círculo de eternidad, y reduzco la velocidad. Quiero morir donde duermen los sueños de un hombre que cree en un paraíso terreno, no en el asfalto aglomerado de desastres errados. Las flores plastificadas, no florecen, avisan y testimonian. Avisan de los puntos negros, testimonian de amores que llorando y ahora son frontera de vida y muerte. Voy coduciendo tragando kilómetros y no lo puedo hacer cabizbajo, debo de enfrentarme al asfalto. Y más jaculatorias por los muertos de la carretera, y por otros de las bombas lapas.
Mis pensamientos se aglutinan, y sólo las oraciones me liberan de su presión.

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