UN MORMÓN EN LA CASA BLANCA, SI.

Hace casi treinta años de esta foto. En ella aparecen de derecha a izquierda: mi madre, elder Wuilly; mi hermano Carlos; y mi hermana Laura.

No sé la razón o es quizás, el mismo azar o providencia es la culpable en colocar las cosas delante de nuestra vista con alguna misión en especial.
Elder Wuilly en aquellos años quiso que yo y mi familia nos fuésemos a Salt Lake City, Utah, Estados Unidos y nos comentába que allí en la "Nueva Sión " ibamos a ser mucho más felices.En aquel tiempo tenía mi primer hijo, Andoni, de unos meses de edad y mi esposa rehusó amablemente la oferta.
Ahora Andoni se irá a trabajar a Suiza donde seguramente conseguirá una mejor proyección profesional que en la España o Euskadi que en la actualidad tenemos por culpa de factores económicos que si altera al producto. Y mis palabras de orientación como padre le he dicho: "Cuando llegues a Suiza visita el Templo Mormón si es que puedes, y quizás te puedan ayudar a instalarte e integrarte en Suiza de una forma más cómoda o efectiva"...Y encuentro esta foto, al revisar unos documentos familiares, en un cajón donde reposaba sin ser vista durante muchos años.

Conecto el televisor al llegar al caserío y escucho a un locutor-periodista anunciando que, quizás, el próximo Presidente de Estados Unidos sea un mormón. Sé, que Dios y como decía "Santa Teresa de Ávila está hasta entre los fogones".
Del Libro de Mormón surgen preciosas promesas, entre ellas, promesas de paz, libertad y bendiciones.
De sus páginas proviene la promesa de que el Israel disperso será recogido.

Pero, como dice la canción, alterando algo su letra: " Cuando un hijo se va algo se muere en el alma". Le he dicho, cuenta conmigo para todo lo que necesites y no dudes de que estaré siempre contigo, hasta el final de mis días y después como soy hombre de esperanza, pensé... Eternamente.

Antonio Valcárcel