sábado, mayo 30, 2009

LA QUISE Y LA QUIERO.



En una tarde de verano, cuando el sol muere en el ocaso, la nostalgia apretaba mi pecho y los recuerdos vuelven a martillar mis sienes, pienso… desde la óptica que sólo es capaz de proporcionar la distancia: ¿fue un tiempo muerto aquél que no supimos vivir intensamente? Pero la pasión es atracción de dos cuerpos, es cosa de dos: dos polos no se atraen sino hay un campo magnético que los atraiga hasta dar rienda suelta a la pasión.
Sentía y siento y en igual medida aquella atracción, hasta hoy inalterada. La atracción, era fuerte como un tornado que pretendía llevarse todo lo que se interpusiese a su lado, pero frené su fuerza centrífuga, por falta de reciprocidad. Ahora la soledad anda suelta desde mi alcoba a la calle y desde la calle vuelve a mi alma dejándome vacío, inculto, asolada el alma. Yo, volvería a los años aquellos y recobrar de alguna forma el tiempo perdido y sentirte en mis brazos, oler tu cabello perfumado con rosas y jazmines de un jardín que cultive lo mejor que pude.
Con perfume de mujer que brota por tus poros; observar el brillo de tus ojos cuando me miraban con sombras, quizás presas de deseo. Nunca supe leer tus ojos ni besar tus delicados labios, te amé como un potro salvaje sediento de hembra.
Que soledad más abismal queda en la desolada pradera donde nacen y afloran los sentimientos de los amantes. ¿Por qué albergo la esperanza cuando las flores de la primavera han comenzado a convertirse en fruto de aquellos árboles que fueron esqueletos?
Soy un esqueleto que la primavera es incapaz de hacer brotas sus sarmientos, vago por mi interior a veces con esperanza y las más desesperanzado. Despierta amor del pasado y retórnate en un sarmiento e implántalo en mi barbecho pecho, vació de tu amor sin líder que lidere un derrotero que se presenta con soles, lunas y sombras. Formas parte de mi sustancia porque mi sustancia invadió tu metabolismos en forma de embriones fecundado y niños que llevan nuestros genes para siempre como una cadena infinita de vida que se propaga por los siglos de los siglo y en cada gen que llevan nuestros hijos yo estaré con ellos y contigo: cuando miréis los colores yo os mostraré el arcoiris y en cada paso que deis yo os seguiré por el derrotero esperando, por si las caídas de la vida necesitéis mi mano. Sabed que no solo somos efímeros porque las cosas y las vidas se acaban, pero nosotros hemos creado un vínculo de eternidad que llegará a comulgar con polvo de estrella. Siento la soledad que me agobia de forma tenaz, tomaré un Prozaz o un Valdral para anestesiar lo que mi cobardía no quiere admitir ¿El fin de nuestro amor? Pero no el fin de nuestra familia que es y será por la eternidad al igual que los hijos de Noe. No llueve, no hay barca, hay un sol radiante que lo cambiaría por otro día nubloso y aguaceroso, así es como está mi alma.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Antonio, es cuestión de tiempo. Llegará un día que su polo negativo conecte con tú polo positivo. Ya sabes que entre polos del mismo signo se repelen. Pero, debes de investigar la causa y esa mujer a la que amas volverá a ser tuya.

Verónica López
desde Vigo

Anónimo dijo...

Gran poeta, este Antonio Valcárcel. Se nota la vena literaría de los poeta galaicos, al igual que su honónimo de Ribadavia, Antonio Valcárcel.
Esperamos que algún día publiques algo referente a nuestro pueblo.

Un galego, Bartolomé Xato.