domingo, junio 07, 2009

EL PENAL DE ACEBUCHE



Flotábamos en el espacio aéreo como un galeón en el océano. Era el vuelo Bilbao-Barajas Flight JK 6108 para después efectuar trasbordo a un JK 6231 con destino, Almería.
La prisión de Acebuche apareció bajo las alas de nuestro avión, cerca del aeropuerto de Almería. A ningún recluso se les veía paseando por el patio, quizás no era la hora del recreo, el recreo de unos adultos que han delinquido vulnerando las leyes, y ahora cumplen condena: presos comunes y otros conocidos como presos políticos que comparten el espacio cerrado con sus mujeres e hijos que han nacido en una institución privados de libertad, sin haber cometido ningún tipo de delito, (niños presos).
Hannah un marroquí de Taza, esperaba nuestra visita que fue concertada unos quince días antes, al Director del Centro Penitenciario, por medio de fax. Casualmente ese mismo día cambiaban de Director del Centro.
Hannana es un joven que fue interceptado por la P.N. Al presentar su DNI en el control de acceso, cuando se disponía a tomar el barco en dirección a Marruecos con objeto de visitar a su madre al parecer, enferma.

Estaba en búsqueda y captura por supuestos malos tratos a su pareja y que ésta la supuesta agredida procedió a retirar la denuncia. Sin embargo, el procedimiento siguió impertérrito hasta que el juez instructor lo declaró en búsqueda y captura.

Hanana sufre las consecuencias del consumo de estupefacientes de forma descontrolada y lesiva para su salud física y mental, de tal forma que en la actualidad, padece una patología médico psiquiátrica de características graves, tal enfermedad la sufría antes y después de los supuestos malos tratos. Ahora, se pasea por el patio del penal, acude al gimnasio, habla con otros reos, y sobre todo se queja de que come muchas patatas y verduras de forma invariable. Y sobre todo, toma los ansiolíticos y demás medicamentos que le han sido pautados por los servicios médicos del Centro peniteciario.
Nos reunimos con el Jefe de Servicios Médicos de la Penitenciaría, un hombre muy alto y fuerte, que emana toda bondad y gran corazón. Nos reciben como si fuésemos unos embajadores; y sólo representábamos a la Asociación Tubal.

Los funcionarios del centro fueron muy amables. Surgió un problema sobre la autorización de entrada de dos de los familiares de Hannana que no habían sido autorizados en la común instancia de solicitud, y al final, pudieron ver a su hermano a través del locutorio. Nosotros lo hicimos en el despacho de la enfermería.
Me llamó la atención las pesadas puertas de hierro forjado, los barrotes eran de ferralla de esos que se utilizan en la construcción para los pilares y zapatas de los encofrados de hormigón. Se abrían y cerraban por medio de un motor eléctrico que actuaba por medio de un piñón de ataque en una yanta de cremallera. Olía todo a dolor, ese olor que se percibe con el olfato del alma. La privación de libertad; una jaula que mantiene presos a personas que envidian la libertad de los pájaros y les ilusiona escuchar el sonido de los reactores de los aviones cuando sobrevuelan el penal. Ahora, pienso sobre la etimología de penal con sus varidas concepciones. La más subrayada, la pena del corazón, el dolor mismo de la carne y el alma cuando permanece presa como enjaulada. Un contenedor de personas que penan por no ajustarse al juego de la ley. Y aunque la ley no es ningún juego depende mucho de las jugadas de la defensa para salvar sus obstáculos y del bien sentido y equidad de los jueces. De forma que inocentes, a veces, son llevados como culpables y culpables que quedan en el exterior de sus muros.

Nosotros salimos del penal esperanzados de que el procedimiento del letrado sea el más acertado y Hannana vea la luz del día a través de espacios abiertos, lejos del penal de Acebuche.
Hannana quiere solicitar la metadona a los servicios médicos del penal, yo le digo que siga con el tratamiento que le ha sido pautado, más propio de su cuadro mental que la metadona al uso.
Fue un día donde sentimos que el servicio a los demás tenía un verdadero sentido, también evangélico. Los enfermos y los presos suelen agradecer muy de veras las visitas al penal, desde el exterior, le llevamos un olor a libertad que ellos sienten y añoran. Pero, pienso ¿Son rehabilitadoras las cárceles? ¿Tiene algún sentido encerrar a enfermos en espacios de privación de libertad (cárceles) en lugar de instituciones abiertas y sometidos a un control y tratamiento con una medicina más plural donde el enfermo pueda elegir a su médico? Son preguntas que me hago y que los gobierno y la ley comienzan a aplicar criterios acertados, afortunadamente.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tienes razón. Yo he sido preso en ese mismo penal; que supongo que será parecido a cualquier otra prisión. Nada aprendí, algo si..., pero sufrí una gran depresión mental, que no desaparecía con ningún tipo de medicamento, hasta que cumplí mi condena y salí a la bendita calle. Mi delito: tráfico de drogas y gran consumidor de cocaina y alcohol.

Gracias, por acordarte de los presos. Tienes razón, hay mucho de evangelio de Jesucristo en tal servicio a los presos.

Un saludo, de un portorriqueño afincado en España.ahora ya tengo el permiso de resiencia, sigo sin trabajo y ya ahorita mismo las mafias se han puesto en contacto conmigo para ganar algo de pasta. Creo que volve´re a caer. Si no le importa usaré este medio para poder conferenciar con Ud.

Anónimo dijo...

Hola!!! soy el exconvicto. Aprendí a leer y escribir en la prisión de Acebuche.
Hoy ha sido un día amargo para mi, he sido rechazado en una entrevista para reponedoro de un gran supermercado; se han enterado que fuí un exconvicto. Cada día que pasa siento más impotencia, más estigmatización, me desespero por encontrar un trabajo digno y no lo consigo.
Mientras caminaba por la calle me he encontrado con un compañero del "maco" que regente un club de alterne y me ha ofecido el puesto de "machaca" par el control de puertas: todas las noches de lunes a domingo por 1500€después con mi vehículo debo de hacer de taxista y acompañar a las señoritas del club de alterne hasta el chalé donde se encuentran de pecnota... En fin, entro en el círculo vicioso y no quiero contaminarme. Otro día seguiré dandole la "chapa". Y sobre todo perdone por ser pesado, cuando Vd., me diga basta, yo lo entenderé. Necesito de sus consejos.
Un amigo, Luis. El tenazas para los del maco.

Antonio Valcárcel dijo...

Luís el Tenazas:


Amigo Luís, no derrotes lucha por tu esencia de persona y conserva los valores éticos y morales de la mejor forma que puedas. Sé lo duro que te supone ser rechazado en un supermercado para reponedor, con seguridad con un salario de miseria. Pero, debes de continuar y no desfallecer, al final siempre te estará esperando la cárcel si no te adaptas a las pautas de un buen comportamiento. En la cárcel, de seguro que te dejó un mal recuerdo, no rememores las comuniones con ruedas de molino. Al final, si perseveras veras la esperanza con brotes verdes. Si en algo más te puedo ser de utilidad o de servicio no dudes en ponerte en contacto a través de este tu blog.

Recibe mi más alta consideración y estima.

Antonio.