sábado, mayo 16, 2009

A MUERTO PARTE DE LA PSIQUIATRIA ESPAÑOLA EL Dr. D. Carlos Castilla del Pino.




El cáncer vence a este luchador antifranquista e investigador a los 86 años
Académico de la Española, recogió en la vejez los honores que le negó la dictadura
Psiquiatra a contracorriente, símbolo de la resistencia antifranquista, académico de la Española, dotado narrador y prolífico memorialista, el cáncer venció finalmente a Carlos Castilla del Pino. El 'psiquiatra rojo', como lo apodó la dictadura que combatió como activo militante comunista, murió en la madrugada del viernes, a los 86 años, según confirmaron sus familiares. Estaba ingresado en el Hospital San Juan de Dios de Córdoba, desde donde sus restos fueron trasladados al tanatorio de Las Quemadas. Allí quedó instalada su capilla ardiente por la que desfilaron un sinfín de admiradores y amigos. El presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, se refirió como «ejemplo de andaluz universal» al que fuera uno de los más capaces intelectuales de la España de siglo XX.
Muy respetado en el ámbito psiquiátrico, se distinguió por su intento de humanizar el tratamiento de los enfermos mentales y por su investigaciones sobre la incomunicación y la depresión. Su extensa obra alternó la investigación médica con una profunda y dolorosa indagación memorialística en una vida plagada de trágicos episodios, como la temprana muerte de su padre, el fusilamiento de varios familiares en la guerra civil o la muerte prematura de cinco de sus siete hijos.
Renovador de la psiquiatría, miembro de la RAE en la que ocupaba el sillón 'Q' que fuera de Camilo José Cela, Carlos Castilla del Pino nació en San Roque (Cádiz) el 15 de octubre de 1922, único hijo varón de un matrimonio con cuatro hijos. La guerra civil se cebó con su familia, en la que se sucedieron fusilamientos y asesinados a manos de los sublevados contra la República. Su admiración por Ramón y Cajal orientó su temprana vocación científica y un interés por la medicina y la psiquiatría que le condujo a Madrid, donde se licenció y comenzó a trabajar al lado del doctor López-Ibor.
Trabajó luego en el Instituto Ramón y Cajal, desde 1949 investigó en profundidad sobre la esquizofrenia y dirigió el Dispensario de Psiquiatría de Córdoba. En esta ciudad ganó en los ochenta la cátedra extraordinaria de Psiquiatría y Dinámica Social, un reconocimiento académico que se le había negado con saña desde los años sesenta. Se convirtió en el máximo responsable de los servicios psiquiátricos y de higiene mental de la ciudad andaluza que dirigió hasta su jubilación en 1987. Abrió entonces su consulta privada en Córdoba y fijo su residencia en Castro del Rio, a 40 kilómetros de la capital, junto a su esposa, varios perros y un gato. Crearía también la Fundación Aula Castilla de Pino en la que continuó su labor investigadora.
Nuevas técnicas
Había iniciado en los cincuenta una década de intensa investigación neuropatológica en la que alumbró más de una treintena de trabajos. Adalid de un movimiento clínico e intelectual que abogó por humanizar el tratamiento del enfermo mental y por la introducción de nuevas técnicas farmacológicas para aliviar el sufrimiento, en 1965 publicó uno de sus trabajos más célebres, 'Un estudio sobre la depresión'. Le siguió 'Fundamentos de antropología dialéctica', en el que sostenía que la mayoría de las patologías psiquiátricas tienen un origen biográfico y que para su curación resulta crucial tener en cuenta el contexto socoeconómico. Saltó del ámbito médico y se dio a conocer al gran público con 'La incomunicación' publicado en 1969, ensayo que conocería más de 13 ediciones.
Él mismo calculaba que atendió a más de 100.000 pacientes, de los que aprendió a aceptar la realidad». Firmó más de una veintena de ensayos y casi 200 investigaciones de su especialidad, además de dos novelas y unas extensas memorias. Entre sus ensayos cabe destacar 'Teoría de los sentimientos', 'Introducción a la hermenéutica del lenguaje' y 'El delirio, un error necesario' (premio Jovellanos), 'La alienación de la mujer' y 'Sexualidad, represión y lenguaje. Como narrador firmó las novelas 'Discurso de Onofre' y 'La alacena tapiada' y sus memorias. Repasa su infancia y juventud en 'Pretérito imperfecto (1922-1949)', aparecido en 1997 y merecedor del premio Comillas, y su madurez en 'Casa del Olivo (1949-2003')' publicado en el 2004. Es un duro ejercicio de introspección de un hombre descrito como huraño y frío, en el que aborda el suicido de su hija y las tensas relaciones con sus hijos. «Abrí abismos entre mis hijos y yo. Cometí un error común en los padres de mi tiempo: querer hacer al hijo a tu imagen», reconocería. «Analizando y objetivando el suicidio de mi hija conseguí salvarme y conservarla».

ASOCIACION TUBAL:

Desde nuestra asociación rendimos homenaje al Dr. D. Carlos Castilla del Pino. Por apostar por una psiquiatria que aportó y aporta la libertad al enfermo psíquico, libre de los manicomios a la antigua usanza, con espacios e ingresos voluntarios; dentro del marco de la Seguridad Social al igual que cualquier otro enfermo y antaño excluidos, segregados y estigmatizado...Aún queda mucho por hacer.


VIDA Y OCIO
Muere el psiquiatra Castilla del Pino
16.05.09 -
MIGUEL LORENCI
COLPISA. MADRID

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