martes, febrero 05, 2008

EL SABUESO DE AMOR


EL SABUESO DE AMOR

Recorro tu piel como Texeira el cartógrafo; y descubro los lagos de tus labios, la sequedad de tu sexo
La selva escasa de tus cejas, la sombra de tus pestañas, la suavidad de tus nalgas.
Las algas de tu mar, en tus ojos llorosos, tus pechos exuberantes como montañas gélida
Tu corazón late en el combate erótico de tu linda figura…no quiero esta noche la amargura de un no por respuesta; préstame al menos tu cuerpo aunque sea alquilado, déjame o cédeme tus labios quiero besar la carnosidad de tu lengua. Permaneces callada casi helada se fue tu amor como las golondrinas a otro nido en los aleros de mi amargura.
Es difícil alcanzar a una mujer desenamorada, recibirá las coces de una mula y te será suaves sus patadas, cuando sientes amor no hay mayor dolor que un NO por respuesta.
Hoy he visto por el parque a un sabueso olfateando el rastro de una hembra canina y en celo, era su respiración tan agitada que aspiraba el humus de la tierra; como un cocainómano las rayas de coca. Así soy yo, aspirando las noches de desamor, el perfume residual del suavizante que echas a las sábanas.
Me he prometido a mi mismo en confesión con las damas de mis sueños que recurriré a ellas como acicate a tu indiferencia. Cada noche son distintas, saben lo que necesito, me entiende y me besan; sus ojos paracen fríos distante y las he preguntado de donde vienen y me han contestado:- de tu subconsciente.
Como una ley de compensación, los pobres sueñan que son ricos, los infortunados en amores con amores afortunados. Ahora sueño con el sabueso del parque que alcanza a su hembra, pero está atada, y tiene bozal y un dueño egoísta que tira de su correa a la vez que golpea mi hocico de mendigo perruno, enamorado de una hembra.

Los jóvenes piensan que el amor es sólo de las primaveras. Y en los otoños e inviernos los cuerpos artrósicos recobran nuevos bríos por la primavera. Cuando el cabello está cano como las cubres nevadas, suelen reavivarse los corazones viejos a un amor injertado. Y que importa la estación del año si el corazón de los sentimientos late como un corazón bravo de los jóvenes enamorado. El amor es consustancial a la vida, pero el vino joven en barricas viejas quema la madera.

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