Hoy no es un día cualquiera, es un nuevo día sin ti.
La melancolías acongoja mi energía y mi corazón arrítmico no sabe latir.
Las noches son lenta, lentos mis paso, camino cabizbajo y me acongojo delante de la vida.
Tú imagen se refleja en la pared del pasado, produciendo nostalgia en mi presente.
No soy valiente porque tú ya no me sientes.
Me declino como un pino asilvestrado, cuyas raíces salen de la tierra infértil; recuerdo tú vientre inflamado de los partos, y el latir de dos corazones acompasados, uno es el mío, que estuvo dentro de ti; el otro es el tuyo que dejó de mover mi sangre.
Hoy he pensado en ti, y ayer, y todos los días… pienso en tu voz, tus movimientos; en tu cuerpo, en tú alma…Y pienso que ya nunca jamás serás mía; que nuestra vida fue un sueño al que me aferro para seguir viviendo: como un clavo a la madera, como una lapa a su roca, como la hoja de la coca al árbol prohibido.
Y todo eso me enoja…Déjame que coja la foto del pasado y la lleve a mis labios del presente, solo así seré valiente. Y auque tú ya no me quieras te amaré eternamente, y el presente lo pasaré sin ti, aunque esté ausente en el este u oeste. Buscaré el norte en la estrella del poniente y entre tanta ente ya no pienso en la muerte.
¡Adios viña de mis pápanos; carmenes del Carmelo, monjas de mis soledades!
Soy cómo un gólgota que camino entre los cedros; poliedros de la mente días de mis ausentes…Siempre está la mente atormentada sin acaecer aún mis tormentas.
La melancolías acongoja mi energía y mi corazón arrítmico no sabe latir.
Las noches son lenta, lentos mis paso, camino cabizbajo y me acongojo delante de la vida.
Tú imagen se refleja en la pared del pasado, produciendo nostalgia en mi presente.
No soy valiente porque tú ya no me sientes.
Me declino como un pino asilvestrado, cuyas raíces salen de la tierra infértil; recuerdo tú vientre inflamado de los partos, y el latir de dos corazones acompasados, uno es el mío, que estuvo dentro de ti; el otro es el tuyo que dejó de mover mi sangre.
Hoy he pensado en ti, y ayer, y todos los días… pienso en tu voz, tus movimientos; en tu cuerpo, en tú alma…Y pienso que ya nunca jamás serás mía; que nuestra vida fue un sueño al que me aferro para seguir viviendo: como un clavo a la madera, como una lapa a su roca, como la hoja de la coca al árbol prohibido.
Y todo eso me enoja…Déjame que coja la foto del pasado y la lleve a mis labios del presente, solo así seré valiente. Y auque tú ya no me quieras te amaré eternamente, y el presente lo pasaré sin ti, aunque esté ausente en el este u oeste. Buscaré el norte en la estrella del poniente y entre tanta ente ya no pienso en la muerte.
¡Adios viña de mis pápanos; carmenes del Carmelo, monjas de mis soledades!
Soy cómo un gólgota que camino entre los cedros; poliedros de la mente días de mis ausentes…Siempre está la mente atormentada sin acaecer aún mis tormentas.
Sin tormentas no hay torrentes, ni tormentos en mi mente y mi conciencias cayada...Soy sin pecado concebido, sin pasado que me pese y ahora son las eses, seseando la vida sin tú sexo.
el que me hizo pecar de sus ausencias.
Déjalo pasar, apuñala mi corazón sin daga de metal, como siempre lo hicistes.
2 comentarios:
Gran poema. Ha de ser una gran persona a la que dedicas tus versos, ¡cuanto me gustaría ser ella! Cuando tú corazón esté libre del dolor quisiera compartir contigo mi vida y todo cuanto tengo; lo mucho o quizás lo poco. Será bastante para los dos, pues tendrá mi lama, cuerpo y corazón.
Adios poeta no dejes tu prosa ni tú corazón al viento.
Te quiero desde el anonimato ¿Piensa un poco un sabrás quien soy o quizás no!
Mil besos.
Kaixo poeta:
Como dice la persona de comentario anterior,( Una mujer que se te está declarando y que cuando tu corazón deje de doler te espera, recuérdalo ) ¡Qué bonito hubiera sido ser la amada que recibe tal prueba de amor infinito. Espero que haya sabido apreciarlo y si como dices tú no hay vuelta atrás, camina hacia adelante y cuando, con el tiempo, tu corazón deje de sangrarte, mira a tu alrededor y busca, seguro que hay otra mujer, quizás no tan bella, pero que te haga vibrar y emocionarte, y que consiga que tu corazón vuelva a galopar y de tu alma salgan versos.
Pero recuerda, da tiempo al tiempo, que mientras tu alma no supere el duelo (por mucho que diga el refranero popular ) La mancha de una mora con otra nueva.
no se quita.
Agur poeta.
Publicar un comentario